Entrevista a Cris Darriba, militante de la Crida LGBTI: "Reivindicamos el componente de clase que históricamente ha tenido la lucha LGBTI"
1. Moolaadé: ¿Qué es la Crida LGBTI? ¿Cuándo se
constituyó y por qué?
Cris Darriba: La
Crida LGBTI nace en el año 2015 como iniciativa de antiguos militantes del Brot Bord y
basándose en la experiencia de éste y de otros colectivos LGBTI como Joves
per l’Alliberament Gai. Somos una organización asamblearia que lucha por la
liberación sexual y de género. Como movimiento político y social reivindicamos
el componente de clase que históricamente ha tenido la lucha LGBTI, por lo que nos
definimos también como una organización anticapitalista. Así mismo, desarrollamos
nuestra actividad en un primer plano nacional, defendiendo el derecho democrático
de autodeterminación de los pueblos, tanto de Los Països Catalans como del
resto de los pueblos del Estado Español, siempre desde un internacionalismo de
clase
2.
M: ¿Cuáles son sus objetivos?
C. D: Entendemos
la lucha del colectivo como una lucha directa contra el sistema capitalista y
cisheteropatriarcal, por lo que uno de nuestros principales objetivos es
desenmascarar lo que se conoce como “Capitalismo Rosa” tanto a nivel discursivo
como en las experiencias diarias. Por otro lado, hacemos de altavoz e
intentamos mostrar la realidad de las homosexuales, bisexuales y transexuales,
que seguimos sufriendo a diario ataques LGBTIfóbicos.
Para
trabajar estos objetivos hay que decir que, a nivel interno, estamos en
constante formación; hacemos “clubs de lectura” y debates sobre diferentes
temas con el fin de afrontar nuestra lucha de la mejor manera, para crear
estrategias y discursos que nos permitan llegar a más gente (ya sea de
movimientos sociales y políticos no LGBTI como al colectivo LGBTI menos
politizado).
En
el camino de desmontar el Capitalismo Rosa y los espacios homonormativos
y poco seguros que éste nos brinda, estamos intentando impulsar la creación de Cultura
Borda (bord es la traducción aproximada a catalán del término inglés queer, que sería algo así como raro). La
comunidad LGBTI apenas tenemos referentes, no estamos representadas ni en la
historia ni en la cultura, y no porque no hayamos existido, sino porque hemos
sido invisibilizadas. Poco a poco intentamos revertir el aislamiento al que
hemos estado sometidas y dar a conocer la realidad histórica del colectivo,
creando espacios culturales y de ocio fuera del sistema.
3.
M:¿Cuáles son los debates y las luchas en las que se han
comprometido en este último año?
C.D: Como
ejes principales y permanentes de la Crida LGBTI están los que antes
comentábamos: la liberación sexual y de género, la lucha contra la LGBTIfobia,
y la liberación nacional y de clase. Son temas que siempre están presentes
tanto en nuestros escritos como en nuestras actividades.
Por
otro lado, este año estamos en pleno ciclo de formaciones y debates internos. Pese
a que tenemos claros nuestros ejes principales, en la actualidad hay muchos
debates que se repiten en casi todos los espacios de militancia (asambleas de
barrio, movimiento LGBTI, colectivas feministas,…) y que es importante discutir,
como por ejemplo la prostitución/trabajo sexual, la posmodernidad, los
discursos identitarios,...
Actualmente
estamos llevando a cabo una serie de campañas que nos permitirán ahondar en
estos debates y luchas y, además, estudiar en profundidad la realidad del
colectivo LGBTI en distintos ámbitos. Recientemente presentamos una de estas campañas,
que ataca directamente el discurso del Capitalismo Rosa y se centra en la
creación de Cultura Borda. Tiene por nombre “No som un Producte, Som
Revolta” y estará llena de actividades muy interesantes (para no perderos nada
podéis seguirnos en nuestras redes sociales @CridaLGBTI)
4.
M: ¿Cómo caracterizan la
apropiación de los reclamos de la comunidad LGBTI mediante el fenómeno
mercantil e institucional del pinkwashing? ¿Cómo se enfrenta y cuál es la alternativa?
¿Qué casos se están dando?
C.D: Al
final el Pinkwashing es una trampa más del Capitalismo Rosa. El Capitalismo
intenta coptar todo aquel movimiento que desafía al sistema asimilando en parte
su discurso; ocurrió con el movimiento feminista (y el Purplewashing) y
está pasando con el movimiento de la juventud contra el cambio climático.
Los
gobiernos, empresas e instituciones aprovechan la lucha por los derechos LGBTI
para, por un lado, lavarse la cara (pinkwashing, lavado rosa) y dar una
imagen de modernos y tolerantes y, por otro lado, mercantilizar nuestra lucha.
Esto provoca que gran parte del colectivo asimile el discurso del Capitalismo Rosa
y se desmovilice, entendiendo que sus necesidades individuales están cubiertas
y dejando de organizarse colectivamente. Es tarea nuestra hacer entender que
sin un cambio de sistema nunca se podrá conseguir una liberación plena, pues la
base de este sistema capitalista es el heteropatriarcado. Cualquier derecho que
consigamos (o hayamos conseguido) podemos perderlo si no nos mantenemos en pie
y organizadas (solo hay que ver los discursos de Abascal, Salvini o Bolsonaro).
Un
ejemplo de pinkwashing evidente a nivel mundial es el estado sionista de Israel. Israel se erige como defensor de los derechos LGBTI de todo medio
oriente mientras masacra día tras día al pueblo palestino; se apoya en
reivindicaciones del colectivo para justificar posiciones xenófobas y racistas
(muy resumido, a esto se le conoce con el nombre de homonacionalismo).
Aquí
en Barcelona tenemos un buen ejemplo anual de pinkwashing: el show del PRIDE. Cada
mes de junio, ACEGAL (Asociación Catalana de Empresas
para Gays y Lesbianas) saca las banderas a pasear y monta una fiesta, despolitizando
completamente el espíritu de Stonewall y dando la oportunidad a decenas de
multinacionales de lavarse la cara.
5. M: ¿Cómo es la relación con otrxs colectivxs LGTBI de dentro y fuera de Catalunya?
C.D: Dentro
de Los Països Catalans estamos en contacto con bastantes organizaciones LGBTI,
y siempre intentamos hacer alguna actividad conjunta o coordinarnos
eventualmente de alguna manera. Mas allá del país, siempre intentamos estar en
contacto con grupos LGBTI, ya sea por solidaridad internacionalista o por
aprender y nutrirnos de las diferentes realidades del colectivo. Recientemente
publicamos un manifiesto denunciando la represión que vive el pueblo catalán
que fue firmado por decenas de colectivos LGBTI de alrededor del mundo. También
estamos en contacto con alguna organización LGBTI del pueblo palestino a través
de la campaña de BDS a Israel (Boicot, Desinversiones, Sanciones). Muy poco
a poco vamos trabajando para intentar articular una red de colectivos LGBTI
anticapitalistas en todo el mundo.
6.
M:¿Cómo es la relación con otrxs colectivxs sociales?
C.D: Aquí
en Catalunya nos enmarcamos dentro de la Esquerra Independentista, por lo que
estamos en constante contacto con organizaciones anticapitalistas no
necesariamente LGBTI. Además la mayoría de nosotras militamos o hacemos
activismo también en otros espacios, por lo que nos resulta fácil establecer
sinergias con otros colectivos políticos y sociales. Entendemos que para acabar
con este sistema es necesario unir las luchas de las explotadas y oprimidas, así
que procuramos coordinarnos y trabajar juntas lo mejor que podemos.
7.
M:¿Con que dificultades se encuentra unx integrante de la
comunidad LGTBI que unx trabajadorx heterosexual desconoce?
C.D: Esta
claro que vivimos en un mundo en que los ataques a la gente del colectivo están
a la orden del día… y en el ámbito laboral no es diferente. Aunque en teoría no
es “legal” discriminar a nadie por temas de sexualidad, es una realidad a la
que muchas de nosotras nos enfrentamos a
diario: desde sufrir acoso laboral (agresiones verbales o comentarios ofensivos
y discriminatorios), a directamente no encontrar trabajo o solo poder acceder a
los trabajos más precarizados. El colectivo trans es el más vulnerable a nivel
laboral. En el estado español cerca del 80% de personas trans no tienen
trabajo. Es una situación crítica que los gobiernos deben priorizar y revertir.
En Catalunya llevamos años intentando que se reglamente y se dote de
presupuesto la ley 11/2014 (Ley para garantizar los derechos de lesbianas,
gays, bisexuales, transgéneros e intersexuales y para erradicar la homofobia,
la bifobia y la transfobia) que iría en camino de mejorar la situación del
colectivo, pero la falta de voluntad política de la Consellería
de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias
(con Chakir El Homrani a la cabeza) impide que avance el tema.
8.
M:¿Cuál es el aporte de la Crida LGTBI al proyecto emancipador
anticapitalista y antimonárquico?
C.D: Por
una parte, nosotras participamos activamente en la lucha, es decir, asistimos a
las convocatorias de acciones y movilizaciones que hay en el país. Por otra
parte, siempre intentamos introducir en nuestra actividad diaria contenido político
que vaya más allá de lo “estrictamente” LGBTI, pues no entendemos que nuestra
lucha se pueda desligar de ninguna manera del contexto político en el que
estamos. Es evidente que el estado español es un Régimen heredado del
franquismo que no duda en reprimir fuertemente aquellos movimientos que se
atreven a cuestionarlo; los brutales ataques lgbtfóbicos que vemos casi a
diario son una prueba más de la total impunidad de la que goza el fascismo en
las calles. Por eso nuestro discurso va un poco más allá de la liberación
sexual: somos profundamente antifascistas y, por supuesto, antimonárquicas.
9.
M: ¿Puedes hacer un resumen de la lucha LGTBI en el estado español?
C.D: Así como “previa” tendríamos, en la Barcelona de los años 30, lo
que parece ser la primera manifestación gay, según relata Jean Genet en su
“Diario del Ladrón”; por lo que parece, ésta sería la primera manifestación LGBTI
documentada de la historia.
En la década de los 50, en plena dictadura franquista, se modificó
la Ley de vagos y
maleantes para incluir la homosexualidad como delito, y en 1970 ésta fue
sustituida por la Ley sobre peligrosidad y rehabilitación social, que pasó a incorporar penas
de hasta cinco años de cárcel y violentas terapias de reconversión para la
gente del colectivo. Poco después de ésto aparecen los primeros movimientos
clandestinos de liberación homosexual. Cabe destacar que estos movimientos eran
encabezados principalmente por hombres homosexuales y personas trans, pues eran
las más reprimidas por cuestión de sexualidad e identidad (era impensable que
una mujer pudiera disfrutar de su sexualidad o
años
después de la muerte de Franco, el 26 de junio de 1977, tuvo lugar en Barcelona
lo que se considera formalmente la primera manifestación LGBTI del estado. A
partir de ahí, y fruto de la lucha incansable del movimiento LGBTI, se fueron conquistando
importantes derechos para el colectivo, como la despenalización de la homosexualidad
o la legalización del matrimonio homosexual.
Pese
a haber avanzado mucho tenemos que ser conscientes de que nuestros derechos
están permanentemente amenazados. La Iglesia y la ultraderecha nos atacan a
diario fomentando terapias de reconversión y promoviendo discursos de odio
hacia el colectivo. La única forma de mantener nuestros derechos y alcanzar la
liberación real sexual, afectiva y de género, es seguir movilizadas y organizadas
contra el fascismo, contra la ultraderecha y los conservadores, y contra el
capitalismo.
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